martes, 24 de noviembre de 2009

Asignacion Universal por hijo. Postura de Iepup

Asignación Universal: ....Todo bien... pero distribuyan en serio

El anuncio presidencial sobre el otorgamiento de una asignación por hijo, generó aprobación por el paso adelante, pero también algunos interrogantes. ¿Por qué no hacerla universal en serio? ¿Por qué sacar el dinero de los que tampoco tienen? ¿Por qué se mantiene la idea de que haya hijos más 'caros' que otros?. Nuestro compañero de La Plata, Carlos Fanjul, reflexionó sobre la cuestión
.


Parece joda, pero no lo es. Desde que el bueno de don Benedicto descubrió que hay pobres en el mundo, y en la Argentina más puntualmente, y que su existencia constituye un "escándalo inaceptable", a los habitantes de este país primermundista les agarró la idea de que algo había que hacer.

Entre la moralina que provoca en muchos que la orden sea dada desde los lustrosos salones papales y, de paso, la posibilidad de pegarle al gobierno en el corazón de su más profunda claudicación -tema que lo desnuda por completo-, hemos tenido que soportar cataratas de inesperadas voces que clamaron para que haya un poco de justicia para los que nada tienen. Una especie de ataque zurdazo y de toma de conciencia a favor de la igualdad. ¡Qué bueno!

Así, cómplices directos de los noventa o ‘correveidiles’ vigentes de los factores de poder de siempre, se atragantaron con cuanto micrófono les fue puesto cerca y no dudaron en presentar proyectos salvadores. La propia Iglesia criolla, Lilita, Morales, Macri, De Narvaez y decenas de oficialistas permanentes (de Menem, de De la Rúa, de Duhalde y de los K), se amontonaron para gritar su ‘dolor presente por tanta desigualdad que yo mismo provoqué en el pasado’.

Estuvo bueno. Es cierto que para nosotros, que nos fundamos en la eterna lucha de denunciarlos a todos ‘ellos’ por estas cuestiones, jodió un poquito tener que escuchar tanto cinismo, pero, sin embargo, supimos al toque que este era el momento para arrastrarlos. Es la hora entonces de elevar el tono y pelear fuerte para marcar el rumbo.

El gobierno dio un pasito inicial y aplaudimos. Dispuso una asignación universal por hijo –hasta 5 hijos por familia- de 180 pesos destinada a desocupados o trabajadores en negro, que será financiada con los recursos de la administración social, previa acreditación de escolaridad y cumplimiento del plan de vacunación de los chicos.
Según la información gubernamental, la decisión significará el aporte de 9 mil 965 millones de pesos anuales, que saldrán de los fondos del Anses. Aseguró Cristina Kirchner que "los recursos de los trabajadores deben servir a los trabajadores".

No está mal para empezar y van más aplausos.

Ahora, si vamos a ser tan zurditos como desde siempre teme la diva del tenedor, doña Mirtha Legrand, digamos algunas cosas:

--si el dinero te lo pagan por tener hasta 5 hijos ¿qué hace un tipo que tenga 8? ¿elige 3 para que morfen menos? Además, de esta manera el pibe sigue sin ser el sujeto del aporte sino que lo es el padre, quien debe tener solo hasta 5 ‘objetos’, llamados hijos. Nuestro espíritu se basa en la idea de que el pibe es el sujeto del derecho a comer todos los días. Cada uno de ellos por igual, sin límite de ningún tipo y sin que importe si el padre tiene otro plan clientelar que lo obligue a elegir con cual se queda.


--180 pesos por hijo no están mal, pero cuando decimos 300 es porque resulta perfectamente posible, ya que a ese supuesto aumento de recursos, hay que restarle la desaparición de los diferentes planes existentes (el Familia, el Jefes y Jefas, etc), incluso el retorno que tendrá el Estado por el 21 por ciento de IVA que contiene cada producto básico que las personas adquieran. ¿O no creen que la totalidad del dinero, la gente la gastará en el almacén o la farmacia, y no en unas vacaciones en Cancún, o en inversiones financieras que carecen de impuesto y por ende de retorno hacia el Estado?


--casi 10 mil millones de pesos anuales no son pocos, pero con nuestras cuentas, el monto final significaría el 2 por ciento de las riquezas totales del país? ¿40 por ciento de pobres, no valen un 2 por ciento?

--que los trabajadores pensemos en aquellos otros que no consiguen laburo está más que bien, pero ¿debe salir el dinero de los fondos de los jubilados, quienes se hicieron viejos esperando que les paguen lo que en exceso ya generaron durante sus largas vidas? ¿por qué los empresarios no ponen algo de lo que se llevan si la guita que decimos nosotros se juntaría con apenas el 8 por ciento de sus ganancias exorbitantes?

--redistribuir la riqueza significa sacar del que tiene, para que vaya al que no tiene. Este formato ¿no se basa en el mecanismo de sacarle al pobre para darle a otro pobre?

--por último, universal quiere decir para todos por igual y entonces decimos: 300 para cada pibe hasta 18 años. En este punto, ‘ellos’ no quieren correr por izquierda, diciendo que así también les daríamos 300 pesos a los que ya tienen de sobra. Contestamos: las personas que, por ejemplo, pagan impuesto a las ganancias (o sea quienes tienen plata en el bolsillo) reciben un descuento de 416,66 pesos más o menos por cada hijo que tengan y además, mientras la asignación la puede cobrar uno de los padres, en ganancias pueden descontar los dos.

O sea que hasta hoy existen hijos que valen 416,66, otros que valen 130 (los de estatales por ejemplo) y otros que no valen nada. ¿’Objetos’ más caros que otros? Decimos entonces: SUJETOS CON DERECHOS IGUALES (art. 16 C.N).

Desde aquí nos sumamos a la idea lanzada por la CTA pocas horas antes del anuncio presidencial para que se avance en un paquete de proyectos de ley, que constituyan un verdadero "blindaje social". Al hambre y a la pobreza, si es cierto que se las quiere erradicar para terminar con el escándalo que provocan, se las combate con un cambio real en la matriz distributiva.

En ese paquete que presentarán, entre otros, nuestros diputados Claudio Lozano y, desde el 10 de diciembre, también Graciela Iturraspe, aparecerán además de una asignación universal por hijo de 300 pesos, otras que dispongan la emergencia ocupacional para impedir despidos sin causa, la estabilidad laboral de los trabajadores, un seguro de empleo y formación, una ley de movilidad jubilatoria que ate el salario de los pasivos al de los trabajadores en actividad, la existencia de una tarifa social en los servicios, y una que dé garantía de libertad sindical, para que los trabajadores se organicen.

Si queremos enfrentar seriamente al hambre y a la pobreza hay que ir a fondo, sin mezquindades ni nuevos maquillajes que den la sensación de que somos progres setentistas, pero cuidándonos de no tocar a los que tienen grandes cuentas bancarias.

Llegar al Bicentenario sin Hambre, que propone el Tano De Gennaro, no solo es perfectamente posible, sino demoradamente justo y necesario.


Por ahora aplaudimos la intención….pero no jodan muchachos, que a los pibes no se les miente.


Carlos Fanjul (Instrumento Electoral por la Unidad Popular de La Plata)